Presupuestos que funcionan para tu realidad
Después de años trabajando con empresas de todos los tamaños, he notado algo. La mayoría aborda los presupuestos al revés. Empiezan por los departamentos y luego intentan encajar las actividades. Esto casi nunca sale bien.
El presupuesto basado en actividades cambia ese enfoque. Empiezas preguntándote qué necesitas hacer realmente y cuánto cuesta hacerlo bien. Suena simple, pero requiere un cambio de mentalidad considerable.

Tres pilares que nadie menciona
La teoría del presupuesto basado en actividades llena bibliotecas. Pero cuando llevas esto a la práctica diaria, descubres que hay aspectos cruciales que rara vez se comentan.
Las conversaciones importan más
El verdadero valor no está en las hojas de cálculo. Está en las conversaciones que generas cuando preguntas a cada equipo qué necesitan para cumplir objetivos concretos. Ahí es donde aparecen las verdaderas prioridades.
El tiempo es tu moneda real
Antes de asignar euros, asigna horas. Cuando sabes cuánto tiempo requiere cada actividad, los costes empiezan a tener sentido. Y descubres dónde estás gastando recursos en cosas que no aportan tanto como pensabas.
Revisa cada trimestre, no cada año
Las empresas cambian demasiado rápido como para revisar presupuestos solo una vez al año. Cada tres meses, dedica una tarde a ver qué actividades están generando resultados y cuáles se han convertido en inercia corporativa.
Cómo empezar sin morir en el intento
No necesitas transformar toda tu empresa de golpe. De hecho, es mejor que no lo hagas. Empieza con un departamento o proyecto y aprende sobre la marcha.
Elige un proyecto piloto pequeño
Busca algo que termine en unos meses y que tenga objetivos claros. Puede ser el lanzamiento de un producto o la mejora de un proceso. Algo donde puedas ver resultados tangibles antes del verano de 2025.
Mapea las actividades necesarias
Siéntate con el equipo y haz una lista honesta de todo lo que hay que hacer. No te quedes en generalidades como marketing o ventas. Profundiza hasta actividades específicas como crear contenido para redes o llamar a clientes potenciales.
Asigna recursos a cada actividad
Ahora viene la parte interesante. Para cada actividad, calcula cuántas horas necesitas y quién tiene las habilidades para hacerlo. Después, traduce eso a costes reales. Te sorprenderá ver dónde va realmente el dinero.
Haz seguimiento mensual
A mediados de cada mes, revisa rápidamente qué actividades van según lo planeado y cuáles se están desviando. Ajusta antes de que los problemas se hagan grandes. Este hábito marca toda la diferencia.

Consejo de Ildefons
Llevo 12 años ayudando a empresas con sus finanzas. Lo que más cuesta al principio es vencer la resistencia al cambio. La gente está acostumbrada a los presupuestos tradicionales. Mi recomendación: no intentes convencer a todos. Empieza con un equipo que esté dispuesto a probar algo nuevo y deja que los resultados hablen solos.



Lo que aprendió Dídac
Mi error inicial fue intentar ser demasiado precisa. Pasé semanas calculando costes hasta el último céntimo. Al final, entendí que lo importante es tener claridad sobre las grandes partidas. Los pequeños detalles pueden ajustarse después. Empieza con el 80% de precisión y ya irás refinando.
El próximo paso está en tus manos
Implementar presupuestos basados en actividades no es cuestión de técnica financiera avanzada. Es cuestión de hacer las preguntas correctas y tener conversaciones honestas sobre dónde van los recursos. Si quieres explorar cómo podría funcionar esto en tu contexto específico, estamos aquí para ayudarte a dar los primeros pasos.
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